Reseña del libro Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios
- Angel Rodriguez
- 11 jun 2021
- 3 Min. de lectura
¡Hola! Espero que estés disfrutando de una excelente semana.
Tenía tiempo de no escribir una reseña, espero que este libro genere interés en ti y lo disfrutes acompañado de una buena taza de café.
¿Recuerdas la frase de Warren Buffett: “Una inversión es más inteligente cuanto más se parezca a una operación empresarial”? Pues el autor en su análisis estudia todas las áreas de la compañía, desde las finanzas corporativas hasta las diferentes líneas de organización empresarial.
Philip explica la importancia de investigar a fondo cada sector de la organización en la que se desea invertir y visitar personalmente a la compañía para verificar el análisis previo que se había llevado a cabo. Una vez iniciada la operación es vital mantener una relación estrecha con la empresa, esto implica crear una estrategia de inversión a razón de los proyectos futuros y su relación con la competencia.
El autor enfatiza prestar atención a los informes oficiales de la empresa y a la interpretación que surgirá de los diferentes medios de comunicación, ya que gracias a la estrecha relación será difícil cambiar la estrategia de inversión a razón de una oleada de noticias desalentadoras.
Se expone la importancia de invertir en empresas a un precio justo y con un crecimiento exponencial, a diferencia de invertir en empresas con poco potencial pero con un crecimiento momentáneo para obtener una rentabilidad a corto plazo. Siempre calidad por encima de cantidad. Aún así se cometerán errores, pero serán menos en comparación a los de los inversores especulativos.
A lo largo de los siguientes 15 puntos, se estudiarán los aspectos cruciales de una compañía en la que se desea invertir:
¿Ofrece la empresa productos o servicios con el suficiente potencial comercial como para hacer posible un incremento considerable de las ventas durante al menos varios años?
¿Está la dirección decidida a seguir desarrollando productos o procesos que seguirán aumentando todavía más los potenciales de ventas cuando los potenciales de crecimiento de las líneas de producto actualmente atractivas hayan sido explotados?
¿Qué eficacia tienen los esfuerzos de la investigación y desarrollo de la empresa en relación a su tamaño?
¿Tiene la empresa una organización de ventas por encima de la media?
¿Tiene la empresa un margen de beneficio que merece la pena tener en cuenta?
¿Qué hace la empresa para mantener o mejorar los márgenes de beneficio?
¿Tiene la empresa un personal óptimo y unas excelentes relaciones laborales?
¿Tienen los directivos de la empresa unas relaciones excelentes entre ellos?
¿Tiene la empresa la suficiente capacidad directiva?
¿Qué calidad tienen los análisis de costes y los controles de contabilidad de la empresa?
¿Hay otros aspectos del negocio, de alguna manera específicos del sector determinado, que puedan dar pistas al inversor sobre lo excepcional que puede ser la empresa en relación con sus competidores?
¿Tiene la empresa una previsión a corto o largo plazo en relación a los beneficios?
En el futuro previsible, ¿requerirá el crecimiento de la empresa la suficiente financiación de capital para que el mayor número de acciones entonces en circulación cancelen el beneficio de los accionistas actuales por este crecimiento anticipado?
¿Habla la dirección libremente sobre sus asuntos cuando las cosas van bien, pero se cierra en banda cuando aparecen los problemas y las decepciones?
¿Tiene la empresa un equipo directivo con una integridad incuestionable?
Por último, quiero compartirte las siguientes notas que me parecieron extraordinarias, sobre todo la primera:
“¿Qué es lo que están haciendo ya ustedes que la competencia todavía no hace? ¡Qué gran pregunta! La clave estaba en la palabra todavía. Impresionante” (p. 27).
“El motivo es que la tesis defendida por este libro es: el inversor inteligente no debe comprar acciones ordinarias simplemente porque son baratas, sino porque prometen un rendimiento importante” (p. 215).
“Normalmente, contar con una lista muy larga de productos financieros no es señal de que un inversor sea brillante, sino de que es inseguro. Si el inversor tiene acciones en tantas empresas que no puede mantenerse informado de sus gestiones directa o indirectamente, probablemente acabará peor que si hubiera tenido acciones en pocas empresas. Un inversor debe saber que siempre se cometerán algunos errores y que debe tener la diversificación suficiente como para que el error ocasional no resulte dramático. Pero más allá de eso, ha de tener cuidado extremo para poseer no más acciones, sino mejores” (p. 379).
“No deseo resultar repetitivo, pero debo subrayar mi convencimiento de que las oscilaciones de precio a corto plazo son tan complicadas de predecir que no creo posible jugar a comprar y vender y seguir obteniendo los enormes beneficios que han ido acumulando una y otra vez los auténticos conservadores a largo plazo de las acciones adecuadas” (p. 655).
BIBLIOGRAFÍA:
Philip A. Fisher (2003). Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios. Primera edición en libro electrónico. Barcelona. Editorial Deusto. Pp 1,274. ISBN: 978-84-234-2907-3 (ePub) (Libro descargado en iBooks)

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